lunes, 11 de enero de 2010

11 de enero de 2010

Es la primera entrada en la que dejo la cuenta del tiempo que no estás conmigo, Joel. No te creas que así se me olvida, pero es momento de proponerme nuevas ilusiones y honrar tu memoria de las otras mil formas en que lo suelo hacer. A partir de ahora volveremos a otros temas, al día a día, a cómo me preparo para una nueva maternidad y a seguir saludándote de esta particular manera.

Estos días hace un frío horroroso. Hay que pensárselo dos veces para salir de casa, pero como Xavi tiene cole, no hay forma de escaquearse. Además, así me obligo a moverme al aire libre.

A primeros de año he empezado el Wii Fit Plus y cada día hago más ejercicio. Luego estoy hecha un asquito, pero merece la pena, porque en una semana ya noto resultados. De todas formas, a partir de mañana haré los ejercicios con el iaio y luego saldremos a caminar a buena marcha. De esta forma, nos obligamos los dos.

Otra de las cosas que tengo que hacer es pedir unos análisis el miércoles, para comprobar que los riñones se han recuperado bien, así como los niveles en sangre. Espero que sí, porque me asusta el tema de los tratamientos de larga duración y porque quiero llegar a abril bien de salud.

Y, cómo no, con los análisis iré al nutricionista que tan bien me fue en el pasado. Ya no me quedan tantos kilos por perder, pero quiero que todo esté perfecto. Como el endocrino al que fui en diciembre no me gustó, he hecho la dieta a mi manera. He adelgazado sólo un poquito más, pero es que no puedo perderlos con tanta rapidez como al principio. Estoy segura que este médico me hará una dieta que me vaya bien y la completará con hierbas para que no me cueste nada. Mi intención es perder 10 kilos más, aunque el gine cree que con 5 voy ya bien de cara a un nuevo embarazo.

Por otro lado, pensaba comprobar cómo iban mis ciclos a través de las temperaturas y de los tests de ovulación dos meses antes de empezar, pero no me he podido resistir al ver que en dos meses he tenido dos reglas y me he tomado la tempe unos días. El caso es que sigo teniéndola baja y estoy en el día 18-19 de ciclo, por lo que intuyo que me espera un laaaaaargo ciclo de los míos. Reconozco que eso me ha desmoralizado, pero supongo que es pronto y es cuerpo tiene que hacerse a la nueva situación. En febrero me lo tomaré en serio y en marzo le llevaré los controles a Enrique y que me vea. Me imagino que como será a finales de marzo, me dará luz verde para el siguiente ciclo. Y probaremos unos meses de forma natural antes de empezar con Omifín de nuevo.

Todos nos dicen que seguro que esta vez es más rápido, que será una niña (ahora que lo que deseo es un niño, guapo y moreno como tú jejeje), que si gemelos... En fin, cosas que dice la gente para animarte después de una desgracia.

Y yo, de momento, lo que tengo es miedo pero bastante fuerza. Me asusta pasar por otro embarazo y llegar a las últimas semanas, que es cuando las dos veces me ha ocurrido algo. Sin embargo, hay una fuerza dentro de mi que me obliga a no cejar en el intento, a luchar por lo que tanto queremos y a demostrarme a mi misma que puedo.

Y en medio de todos estos planes, pensamientos y sentimientos, está el trabajo, que me está dando mucho, a nivel personal (porque me deja menos tiempo para pensar), y a nivel profesional (porque ahora veo que tengo el trabajo perfecto para compaginarlo con mi vida familiar). De no ser por tu marcha, que ha sido el golpe más fuerte de mi vida, ahora sería la perspna más feliz y completa del mundo. Pero, claro, sin ti las cosas no son lo mismo y me cuesta ser feliz ante este tipo de mejoras.

De lo que sí me alegro es de que ello haga que comparta mi tiempo mucho más con tu hermano y podamos fortalecer nuestro lazo. Reconozco que hay veces que cuando le abrazo, aprieto un poco más fuerte para que te alcance también a ti, mi vida. Y le digo "eres lo más bonito de este mundo", mientras pienso "y mi Joel lo más bonito del otro". Ésa es mi manera de darte tu pedacito del pastel, de este corazón en el que siempre estaréis los dos, Xavi y Joel, mis dos vidas. Os quiero.

viernes, 8 de enero de 2010

8 de enero de 2010 (2 meses y 18 días sin ti)

Estos días he estado trabajando mucho, quizá demasiado. Es como si así mi mente se nublara un poco y dejara de darle vueltas a esas cosas que ya no tienen solución. De hecho, el tema está en convencerme de que nunca la tuvo. Sí, debo mirar hacia adelante y empezar a despegar. Es lo que tú querrías para mi, de eso no me cabe duda. Pero que el mundo me dé tiempo. No sé cuántas veces y de cuántas formas he dicho lo mismo. Sí, me he estancado en ello.

Hasta ahora la idea de un nuevo embarazo no me motivaba mucho, incluso me hacía sentir culpable. LLegó un momento en que me sentía culpable de todas y cada una de las cosas que hacía o que, simplemente, pasaban a mi alrededor Porque no ocurrían estando tú. Sin embargo, algo va cambiando en mi. Ahora pienso más en ese embarazo, no como una compensación por tu pérdida, eso nunca. Más bien para recuperar mis deseos y mis pensamientos de los últimos años y, ¿por qué no decirlo?, es lo que más desean papá y Xavi. Creo que nos merecemos ser felices después de todo lo que hemos pasado. Ha sido un largo camino que no ha acabado, no hasta llegar a tus hermanos y que la vida nos conduzca a ti. Es tan angustioso cuando se pierde la fe... La fe en lo que sea, con el nombre que uno le quiera poner.

La relación con papá va bien, como siempre, pero con un lazo muy fuerte que a veces nos hace sobreprotegernos y que las cosas se pongan un poco tensas. Y es que cada uno vive su dolor a su manera y no podemos obligar al otro a que lo vea de otra forma a como su conciencia le permite. Pero es verdad que han sido momentos muy intensos en nuestras vidas: momentos de ansiedad, de felicidad, de amor, de desesperación, de necesidad y ahora de intenso dolor. Y, sin embargo, aquí seguimos unidos, como siempre. Cuánto le amo! Sin él no podría resistir todo esto. Porque el tiempo parece como si no pasara.

Por otro lado, y al hilo del tema del tiempo, es como si un temor nuevo se apoderara de mi. El miedo a llegar al momento en que mi cuerpo pueda volver a concebir y fracasar una y otra vez. El miedo a conseguirlo y superar las semanas. El horror de llegar a la semana 36 y que la ansiedad me impida ser todo lo racional que debiera... Sé que velarás por mi, pero no estoy preparada para más pérdidas.

He estado a nada de borrar lo escrito hoy, porque me da pena sonar siempre tan pesimista, pero como me ha servido para desahogarme, he decidido dejarlo, porque quizás un día no muy lejano pueda leerlo y conocerme un poco más. Hasta ahora conocía una faceta muy distinta de mi personalidad y ahora me descubro vulnerable e incapaz de afrontar situaciones al ritmo que antes lo hacía. Y es que has supuesto tanto en mi vida... La vida se abrirá paso, pero intuyo que lo veremos desde distinto prisma.

Ven a mis brazos, aunque sea en mis sueños, mi moreno del cielo.

martes, 5 de enero de 2010

5 de enero de 2010 (2 meses y 15 días sin ti)

Ésta es la primera entrada que escribo en el nuevo año. No encuentro gran diferencia, la verdad. Es como si por cambiar de año las cosas tuvieran que ir a mejor o, simplemente, cambiar. Qué absurdo! luego llega febrero y se van a la porra todas las buenas intenciones que nos habíamos propuesto mientras la euforia navideña nos abducía...

Se me quedó en el tintero contarte lo que hicimos en Nochevieja, aunque espero que lo vieras y nos acompañaras. Estuvimos como en Nochebuena, juntitos los tres cenando con una rosa blanca y un baberito con tu nombre. Pusimos de nuevo una velita morada simbolizando la unión familiar y, concretamente, a ti, que no podías faltar (aunque en realidad nunca lo haces). Y para completar los siete colores de la suerte: una vela negra en tu habitación (donde te fuiste dentro de mi vientre), que sirve para limpiar las negatividades; una vela verde en la cocina, para las riquezas; también en la cocina, una vela amarilla, para el trabajo; en la mesa de la cena estaba tu vela, además de una roja, para el amor y la pasión; una naranja, para los viajes, la paz y la armonía; y la blanca, para la pureza y el equilibrio. En cada una de las velas, quemamos una nota con nuestras peticiones y ayer fuimos al río, el sitio donde me siento tan libre, y arrojamos las cenizas de esas notas junto a las dos rosas blancas en tu memoria.

Joel, no sabes cuánto te pienso siempre... Hoy no paro de hacer mil cosas para no entristecerme más. Esta tarde vienen los Reyes y era uno de esos días de ajetreo y de ilusión en nuestra casa. Este año no es lo mismo, no he podido hacerlo todo doble, como tantas veces había soñado. Por otro lado, me alegro tanto de que Xavi no lo note y que disfrute de estos momentos que ya no durarán tanto. La inocencia y la excitación que él tiene hoy es lo más hermoso del mundo y espero que allá donde estés tengas al menos lo mismo. Cómo vivirán los ángeles?

Supongo que huelga decir que mi propósito de Año Nuevo es quedarme embarazada muy pronto y recuperar un poco de esa felicidad que se fue aquella maldita noche que no cesa nunca. Es posible que te añore cada día más? que cada día te sienta más cercano, pero tan inalcanzable?

Te amo, te amo, te amo... Ayúdame a amarte sin que me duela, mi niño.