Mi querido Joel,
estos días lo he pasado un poco mal pensando en lo poco que queda para que nazcas. Y es que ha pasado tan rápida esta aventura entre los dos, que no puedo evitar sentirme triste cuando pienso que me queda tan poco de sentir toda tu energía en mi vientre, tan poco tiempo siendo sólo mío y cuidando de tu bienestar de esta forma tan íntima. Ahora me ha dado por recordar con mayor intensidad el largo proceso hasta llegar a ti, los momentos tristes, las esperanzas, tantos y tantos instantes que me han llevado a este maravilloso punto en que ya eres una parte importantísima en mi vida y en la de papá y Xavi.
Afortunadamente, va pasando esa sensación a medida que voy colocando tus cositas en la habitación y me doy cuenta de que el fin de todo este proceso es tenerte entre mis brazos, conocernos, darnos ese amor umbilical a través de nuestra piel. Deseo tanto ver tu cara y acariciarte, abrazarte y besarte, sentirte y cuidarte... Quiero que todo siga siendo tan perfecto como hasta ahora y que nunca olvidemos estos meses de inmensa felicidad, para que así algún día podamos contarte cuán importante eres en nuestras vidas.
También quería contarte que el día 7 de septiembre empezamos la preparación al parto por la Seguridad Social. Finalmente, papá no entró, porque era el único papá y le dio un poco de corte jejeje. No entiendo por qué los hombres no se suelen implicar en este tipo de cosas que luego son tan significativas. El pobre se quedó un poco chafado, así que, de ser posible, el mes que viene quisiera ir a la preparación de Acuario, y así él podría disfrutarlo conmigo.
Por cierto, la gimnasia me ha ido fenomenal para aliviar las molestias de las ingles y la pelvis. Lo único es que la teoría es bastante deficiente y muy dirigida a un parto medicalizado. Como sabes, voy a recibirte de la forma más natural posible, siempre que nuestra salud lo permita y las cosas se desarrollen con total normalidad (que no tiene por qué ser de otra forma, no?). Reconozco que, a medida que se acerca el momento, siento un poco de temor ante lo desconocido y me recorre la estúpida idea de que no pueda aguantarlo. Luego pienso en el parto tan duro de Xavi y me doy cuenta de que tengo fuerza para afrontarlo, no sólo física, sino emocional y de sacrificio. El hecho de que seas mi pequeño milagro cuando pensaba que no lo lograría ayuda mucho en este punto. Y, por supuesto, el apoyo siempre incondicional de papá, que me demuestra día a día lo afortunada que soy de tenerle a mi lado.
domingo, 13 de septiembre de 2009
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1 comentario:
No te preocupes linda! ya veras q en cuanto lo tengas en brazos todos estos pensamientos de nostalgia desapareceran para convertirse en lso mas hermosos!
besos y animo q queda muy poco
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