martes, 29 de diciembre de 2009

29 de diciembre de 2009 (2 meses y 8 días sin ti)

Hoy vengo a decir que llevo un par de días mejor. He ocupado tanto mi mente que parece como si los problemas empequeñecieran por momentos. Las noches son otra cosa, porque no dejo de soñarte. Pero no sueño cosas malas, o al menos no aparentemente malas. Anoche, por ejemplo, soñé que te devolvían a mi y yo, como si fuera la cosa más normal del mundo, me sacaba el pecho y te lo daba. Recuerdo incluso la sensación y cómo todo ocurría con total naturalidad. En el sueño era tan feliz... Al despertar y descubrir que las cosas son como son, qué decir? Me he levantado, me he puesto a ordenar la ropa, a fregar, a trabajar, a cocinar...

El tiempo va pasando, más lentamente ahora que nunca, pero va pasando y quiero pensar que a nuestro favor. Aún conservo la mayor parte del recuerdo de tu rostro, supongo que para llevarle la contraria a la psicóloga.

Mi mejor psicóloga en este momento es mi hermana. Si ella supiera cuánto me ayuda y lo protegida que me siento a su lado. Es como si fuera la única capaz de entenderme sin más, sin compasiones, ni nada más que la empatía de otra madre que, afortunadamente, tiene a sus dos hijos sanos en casa pero sabe valorar lo que supone no tenerlos. Por muchas veces que le doy las gracias, nunca lo haré lo suficiente para sentir que ella se da cuenta de lo mucho que la quiero.

La parte festiva de estas fechas se va acabando, al menos en nuestro entorno. La Nochevieja no va a ser nada en nuestra casa, porque sin ti no tengo nada que celebrar. Muchos se enfadan porque, en lugar de decir eso, quieren que dé gracias por haber sobrevivido. Puedo decir que, hoy por hoy, prefiero haber sobrevivido. Por mi, por mi familia, sobre todo por mi Xavi... Pero no siempre es lo que siento, porque si importante es tu hermano, importante eras y sigues siendo tú. Sin embargo, si de algo me ha servido este tiempo de etapas, de dolor, de resignación y de altibajos, es a darme cuenta de que éste es aún mi sitio y que las puertas del paraiso que te alberga y en el que espero seas feliz, no están abiertas para mi.

Por otro lado, aún me siento un poco débil. Si toda la energía interior que siento para evadirme de la realidad la pudiera emplear en hacer cosas físicas... De momento, y sin ánimo de gafar la situación (que para que las cosas me salgan mal siempre estoy apunto), mis ovarios parecen funcionar. Llevo dos meses sin ti y dos ciclos normales. Espero que los tres ciclos completos que restan para lograr mi semáforo en verde sean igual o mejores. Lo único que marcha un poco regulín es que mancho muchísimo, como nunca en toda mi vida adulta. Parece ser que es normal, pero el miedo a la sangre me deja a veces de muy mal humor. La sangre te llevó de mi lado y le tengo un pánico irracional.

Quizá mañana venga a contar que voy llorando por los rincones, sobre todo por la visita a la psicóloga, pero al menos hoy vengo a decirte que, además de echarte enormemente de menos, tengo ganas de tirar para adelante y que el peso que llevo en el pecho desde que te fuiste se vaya convirtiendo en un conjunto de bonitos recuerdos de aquello que nos unió. Sé que la pena seguirá conmigo cada día de mi vida, pero si me concentro y recuerdo como eras dentro de mi, puedo conseguir que el dolor sea pena y la pena anhelo de lo que nunca podrá ser. Espero poder daros un hermano a Xavi y a ti pronto, para poder volver a sentir lo maravilloso que es tener a un ser perfecto dentro. Y nadie será como tú, así como sabía que tú no eras ni de lejos igual a Xavi. La gente habla de sustituir, pero no saben que una madre sabe quién es su hijo incluso cuando aún no ha nacido. Tu hermano era un bebé que respondía a cualquier estimulo exterior, a veces con fuerza, a veces con suavidad. Parecía que estaba en todas partes a la vez y que tenía que compartir la experiencia con todos. Y tú. mi ángel, eras tan mío... Reaccionabas a mis caricias y a mi propio pensamiento. Ha sido un embarazo personal entre tú y yo, tal como empezó y acabó tu vida: dentro de mi. Cuánta personalidad hay en cada bebé...

Buenas noches, mi niño, que la música del cielo te acune con todo el amor que mamá te manda desde aquí, bien cerca. Te quiero.

1 comentario:

Elena dijo...

Hola,solo entro a decirte q deceo q el 2010 traiga mucha paz y fortaleza para ti,tienes mucha razon en lo q dices,el dolor con el tiempo se convierte en pena,no se apaga ni se olvida,selleva si pero con mas entereza.

Desde aca lejos de ti te mando un beso,mil abrazoz y los mejores deceos.